Inversión con beneficios migratorios: ¿dónde está el truco?

Por Noel Epelboim, CEO Epelboim Development Group

“Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo es”, afirma un dicho popular. El programa de visas para inversionistas EB-5 pareciera caer en ese renglón. Una opción que permite invertir capital con un retorno de inversión del 100% a los 5 años aproximadamente, que otorga residencia para el solicitante, su cónyuge e hijos menores de 21 años, con posibilidad, además, de obtener la ciudadanía en 5 años, levanta sospechas.

Las visas estadounidenses se dividen en dos grandes grupos: de inmigrante y no inmigrante. De estos grupos se desprenden casi tantas visas como letras en el abecedario. Desde la A hasta la V, cada categoría tiene diferentes requisitos y propósitos. Por ello es tan importante definir primero cuál es el objetivo y luego pasar a evaluar las opciones.

Si el objetivo es ser inmigrante legal y lograr una residencia o “green card” junto con todos los beneficios que esta otorga, los caminos van desde la reunificación familiar hasta los asilos políticos, pero hay una categoría poco explorada que constituye una vía confiable, rápida y con menos trabas para las personas con capital necesario para invertir, conocida como el programa de inversionista inmigrante EB-5.

Las visas para comerciantes o por inversión que permiten vivir en Estados Unidos son E1/E2, L1 y EB-5. Cada una de ellas tiene requisitos y beneficios diferentes. No todas están disponibles para todos los países y no todas son visas de inmigrante.

La E1, por ejemplo, solo abarca 50 países. Está disponible para quienes puedan establecer un tratado comercial con Estados Unidos amparados por un tratado con su país de origen. La visa E-2 permite a los empresarios extranjeros y sus familias vivir y trabajar temporalmente en Estados Unidos, pero debe ser renovada periódicamente y está sujeta a revisión. Se requiere, además, no menos de 150 mil dólares para invertir en una empresa comercial.

En la L1 el solicitante debe trabajar para una empresa que quiera establecer una oficina en los Estados Unidos y ser trasladado como ejecutivo para desarrollar esa sucursal a través de un plan negocios y crecimiento que debe cumplir a cabalidad para garantizar su renovación. Por su parte las visas L-1 y E1/E2, aunque permiten vivir en Estados Unidos, son visas de no inmigrante con duración de uno a cinco años y, por lo tanto, no gozan de los mismos beneficios de contar con la residencia.

La única visa de inversionista que otorga residencia de forma rápida y sencilla es la EB-5. Cualquier persona que no tenga antecedentes penales y pueda invertir aproximadamente 500 mil dólares, puede aplicar para el programa EB-5 y lograr una residencia, en primera instancia temporal, sin la responsabilidad de poner un negocio y hacerlo crecer para mantener su estatus.

El programa manejado por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés) inició en 1990 y fue creado por el Congreso de Estados Unidos para fomentar la inversión extranjera y generar empleos. Este permite a un inversionista extranjero y su familia inmediata obtener el estatus de residente mediante la inversión en una empresa comercial que genere al menos 10 empleos de tiempo completo para trabajadores estadounidenses dentro de un periodo de dos años.

Aunque no está exento de polémicas, el programa fue prorrogado en diciembre de 2015 hasta septiembre de 2016, cuando será nuevamente sometido a consideración por el congreso estadounidense.  ¿Por qué fue prorrogado a pesar de las polémicas? Porque sin duda sigue reportando beneficios, siendo un “win-win” para todos.

¿Por qué todas las partes ganan con una inversión EB-5? Desde 2008 hasta el primer trimestre de 2016, la EB-5 ha reportado una inversión extranjera directa de USD 14.6 mil millones (fuente: iiusa.org) aportando un promedio de 29 mil 358 puestos de trabajo anuales tanto directos como indirectos entre 2010 y 2013. Esa es una cara de la moneda, en la otra tenemos que la tasa de aprobación de residencias permanentes durante el primer trimestre de este año se situó en un 97.23%.

La clave: seguridad, asesoría y buenas referencias

Lo más importante para el éxito en una visa EB-5 es elegir cuidadosamente un proyecto seguro, con buena ubicación y respaldado por empresas confiables y de renombre.

¿Confiaría yo mi futuro y el de mi familia a alguien que no conozco? Antes de invertir 500 mil dólares en un proyecto, es esencial conocer de primera mano al desarrollador, sus directivos y las compañías involucradas. Asesórese con expertos, busque referencias, indague con personas que conozcan el proyecto y den fe de su rectitud y confiabilidad.

Hay que tener claro que, al igual que en otros ámbitos, en el mundo de los negocios también existen personas deshonestas, con falta de ética o irresponsables. Para nadie es un secreto (con hacer una búsqueda en Google es suficiente) que individuos mal intencionados han hecho un incorrecto uso de este programa que ha beneficiado no solo a familias inmigrantes, sino a las decenas de miles de estadounidenses que han gozado de los puestos de trabajo generados por la EB-5 en los últimos 26 años, gracias a proyectos serios y transparentes llevados a cabo por profesionales de comprobada trayectoria y rectitud.

Volvamos a la frase con la que iniciamos este análisis: “si algo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo es”. ¿Podría ser la EB-5 la excepción que confirme la regla? Con la escogencia adecuada del proyecto y sus desarrolladores, definitivamente sí es la excepción.

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